jueves, 9 de agosto de 2018

Participación durante la sesión pública para la declaración de validez de la elección presidencial

PARTICIPACIÓN DURANTE LA SESIÓN EN LA QUE SE APRUEBA EL DICTAMEN RELATIVO AL CÓMPUTO DE LA ELECCIÓN DE PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, A LA DECLARACIÓN DE VALIDEZ DE LA ELECCIÓN Y A LA DE
PRESIDENTE ELECTO

Sala Superior del TEPJF,
8 de agosto de 2018


En la sesión de este pleno, que tuvo lugar el 30 de junio pasado, las magistradas y los magistrados que integramos esta Sala Superior invitamos a la ciudadanía a emitir su voto con plena confianza de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación velaría por cada uno de los sufragios emitidos y garantizaría el triunfo de quienes legítimamente hubieran obtenido más votos en las urnas.

Así, las mexicanas y los mexicanos votaron en las elecciones más grandes de nuestra historia, eligiendo más de 18 mil cargos, entre ellos el de quien ocupará la Presidencia de la República.

Hoy damos cuenta a quienes participaron en la jornada electoral acudiendo a votar, integrando mesas directivas de casilla, haciendo observación, o bien, ocupando cargos de representantes ante las casillas, de cómo hemos cumplido este compromiso.
En este momento se materializa una etapa esencial de este proceso electoral, prevista en el artículo 99 de nuestra Constitución: la declaración de validez de la elección presidencial. Para esta Sala Superior, ello implica la realización de tres tareas de gran envergadura: la determinación del resultado final de la elección, la valoración del desarrollo de todo el proceso electoral, y el análisis de la elegibilidad del candidato que obtuvo el mayor número de votos. A continuación, me referiré a cada una de estas funciones.

Respecto al cómputo final el papel de la Sala Superior consiste en verificar que los resultados de la votación correspondan, con los documentos y registros que objetivaron los votos escrutados y contabilizados el día de la jornada electoral y durante los cómputos distritales. Este procedimiento tiene como finalidad, garantizar la certeza de los datos y la seguridad de la decisión democrática expresada en el sufragio, ya que, en una democracia, es la ciudadanía la que a través del voto define quienes deben gobernar, y el papel de este Tribunal es asegurar que así sea.

La realización del cómputo final de la elección implicó la revisión de las actas de cómputo de los 300 distritos, levantadas por los consejos del Instituto Nacional Electoral. En algunos casos se procedió a subsanar todas aquellas inconsistencias susceptibles de ser advertidas en las actas de cómputo distrital, a partir siempre de la propia información consignada en las mismas.

Es importante resaltar que los medios impugnativos interpuestos para controvertir los cómputos distritales fueron desestimados o declarados improcedentes, por tanto, no tuvieron impacto alguno sobre el cómputo final de la elección. Éste fue realizado por esta Sala Superior, arrojando que el candidato ganador de la elección presidencial es el ciudadano, licenciado Andrés Manuel López Obrador, quien obtuvo el 53.20% de la votación total emitida.

La segunda función de este Tribunal consiste en emitir la declaración de validez de la elección implica que certifiquemos que todas las etapas del proceso se desarrollaron con apego a los principios constitucionales de certeza, legalidad, imparcialidad y objetividad.

Esta verificación conlleva corroborar que se cumplieron los requisitos para el óptimo desarrollo del proceso, es decir, que se generaron las condiciones idóneas para la postulación de candidaturas y su difusión ante la ciudadanía, así como para la emisión del sufragio libre e informado, todo ello, con la garantía de acceso a la justicia.

Únicamente los procesos electorales que son libres, competidos y justos, que se apegan a los principios que determina la Constitución, ameritan el adjetivo de democráticos, y únicamente las elecciones democráticas, generan la tan necesaria legitimidad, de inicio, de las autoridades electas y del sistema político en su conjunto.

Los procedimientos electivos, ofrecen la legitimidad exigida por la sociedad que considera, que sólo aquellas personas que han obtenido el poder, a través del sufragio popular, tienen el capital moral y político para ejercerlo.

Hemos realizado un recuento de las diversas etapas del proceso, para determinar si fueron satisfechas todas las exigencias formales y materiales, y hemos concluido que se cumplió con éstas y que la elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, es válida. 

Finalmente, el Tribunal Electoral analizó, la elegibilidad del candidato que obtuvo el mayor número de votos para determinar si cumple con los requisitos Constitucionales.

Del estudio realizado, se concluye que el ciudadano Andrés Manuel López Obrador cumple con tales requisitos, y que no se ubica en alguna de las prohibiciones constitucionales o en alguna de las causas de incapacidad. Por tal motivo, se concluye que es elegible para el cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Al determinar que la elección fue válida y que el licenciado Andrés Manuel López Obrador, candidato que obtuvo el mayor número de votos, resulta elegible al cargo, procede expedir, a su favor, la constancia de presidente electo.

Este momento es propicio para reconocer a los millones de mexicanas y mexicanos que participaron en este proceso, que ha permitido, una vez más, comprobar que nuestra democracia es fuerte y que sus instituciones son eficientes en alcanzar los objetivos para los que fueron creadas. Todo ello, pese al contexto de violencia en el que se desarrolló este proceso.

Hoy constatamos, una vez más, que la ciudadanía mexicana, es participativa, y que busca el bien común a partir de la suma de las individualidades expresadas en los sufragios, ha demostrado su gran madurez y compromiso político con México. Su voluntad se ha manifestado y este Tribunal está garantizando su validez.

Este proceso ha implicado un reto mayor por la complejidad de nuestro marco legal, aunado a la concurrencia de elecciones federales y locales. El Instituto Nacional Electoral, ha organizado una elección ejemplar.

Esta Sala Superior, ha estado inmersa, una vez más, en la resolución de los conflictos derivados de la contienda por el poder. Sin embargo, se ha mantenido por encima de las disputas políticas, como corresponde a un tribunal constitucional, a una autoridad independiente, sólida, autónoma y fuerte.

En este contexto, refrendamos al Tribunal Electoral, como una institución comprometida con la democracia, dedicada a preservar y fortalecer sus valores, garantizando su defensa y constante construcción. Lo que ha ocurrido en todas las etapas del proceso electoral, indica el grado de madurez de nuestro sistema y sirve para medir la eficacia de la infraestructura electoral.

Hoy, damos cuenta de la legalidad de esta contienda política, con lo que se concluye una de las etapas más significativas del presente proceso electoral. Esta elección histórica, por sus resultados en las urnas, demuestra, que nuestra democracia ha alcanzado su nivel de madurez, que la alternancia en el poder de partidos políticos de ideologías opuestas es una realidad que se logra solo por el voto ciudadano.

Con ello, se demuestra que la fortaleza del Tribunal Electoral se materializa a través de sus resoluciones que avalan su compromiso con la promesas de construir un México donde las aspiraciones, clamores, y decisiones de la ciudadanía, se reflejen en la integración de los órganos de deliberación y de decisión del rumbo del país.

En este acto, la Sala Superior, actúa como garante de la constitucionalidad, legalidad y, por ende, legitimidad, de la renovación del Poder Ejecutivo.  Con ello, se fortalece el inicio de una gestión, de la división de los poderes y el equilibrio republicano de nuestra democracia.

A la brevedad, esta Sala Superior entregará la constancia de Presidente Electo al candidato que obtuvo mayor número de votos. Unos meses después, el primero de diciembre, el Congreso de la Unión tomará protesta al próximo presidente. Quedará en manos de la ciudadanía, y de sus representantes, exigir cuentas y vigilar las actuaciones. En eso consiste el ejercicio democrático, consustancial de la división de poderes.

En nombre del Pleno de la Sala Superior, reconocemos y agradecemos, la calidad y la entrega, en el trabajo de todos nuestros colaboradores; a la Secretaria General de Acuerdos y al equipo de trabajo que opera en ella, quienes han garantizado el trámite de todos los juicios, y el seguimiento de las sesiones públicas; a los secretarios de nuestras respectivas ponencias la excelencia de su trabajo, lo que ha permitido la calidad de nuestras sentencias; a las áreas administrativas su apoyo constante para el adecuado desarrollo de nuestras funciones; a mis pares, magistrada, magistrados, reconozco y agradezco sus grandes aportaciones en abono a la calidad de nuestros debates y de nuestras sentencias, y su compromiso con la construcción de una democracia incluyente.

Al no haber ninguna otra intervención, secretaria general, tome la votación que corresponda.



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